Por Laura Garza
En un principio había elegido una fotografía en donde también un joven lanza un artefacto a la Secretaría de Gobernación, con una leyenda grafiteada que decía “AMLO no pudiste con los 43”, me parecía interesante, y llamarla quizá uno de los trofeos de sus máximas derrotas en su gobierno.
Casi entro en el discurso de las promesas no cumplidas, de las víctimas que tanto utilizó como referente en su campaña para llegar a ser presidente y que las dejó en el olvido porque salir de Palacio y meter las manos por algún grupo con causa, terminó siendo imposible.
Pero esta foto del fotoperiodista Isaac Wsquivel que captó a las afueras del Senado de la República, el cual fue amurallado hoy por la mañana todo a su redonda y un poquito más para que nadie se acercara al presidente de la Mesa Directiva Fernández Noroña o mejor dicho, para que nadie se interpusiera en el debate sobre el pase de la Guardia Nacional a la Sedena fue la elegida y le diré por qué.
En un principio me avisaron que estaban llegando suficientes elementos para rodear el recinto ante los manifestantes por el décimo aniversario de los estudiantes de Ayotzinapa, es decir, algo se sabía y lo veían venir.
Pero qué pasa en esta foto y en la secuencia de imágenes de este momento en donde se abre el espacio para que este joven vestido de color negro, cubierto con una pashmina azul y unos lentes bastante modernos y glamurosos, lanzara cuantos artefactos quisiera, y después otro y otro.
Quienes aparecen alrededor son decenas de fotógrafos y periodistas, los que puedes identificar como profesionales y experimentados que seguramente sí trabajen en prensa, y quienes acuden a capturar para medios digitales informales sin ningún tipo de protección.
Pero bueno, ese será otro tema. Lo que sí podemos ver es que la escena es perfecta, el joven lanza como profesional, toma su mochila, inclina el cuerpo, toma fuerza y hace lo propio.
Alrededor de él silencio, nadie grita, todos lo ven con detenimiento. No hay enojo, no hay consignas de fondo, no es como suelen ser las protestas en donde la rabia y desesperación son parte del ambiente a los alrededores.
Ni un solo guardia, ni un solo granadero “no granadero”, ningún elemento de la Guardia Nacional, no hay nadie que pudiera si quiere hacerles alguna seña de que tienen que retirarse.
Usted solo recuerde algunas de las verdaderas protestas de los padres de Ayotzinapa, las madres buscadoras que han sido repelidas con gases lacrimógenos, con vallas, con violencia o en mi caso personal, en una de las marchas en donde acompañamos al personal de la Corte, donde fui empujada por una granadera “no granadera” aún y cuando estaba solo parada de la mano de mi hija.
¿En dónde están? ¿En dónde están, en dónde están Noroña, esos policías que ibas a mandar? ¿En dónde están, en dónde están?
Esto es puro show, como el que esperamos en los siguientes días hasta el 1 de octubre donde querrán armar un zafarrancho para seguir alimentando el odio y resentimiento social en un país que lo que menos necesita es esto.