Por Laura Garza
Un día después de que decenas de mujeres del partido de Morena cerraran filas para proteger y respaldar a un ex gobernador y ahora diputado por una acusación de violación en grado de tentativa a finales del año 2023 por su hermanastra en el estado de Morelos.
El lío alrededor de este diputado que más que político es un “personaje” ha sido mayor por su mal trabajo como gobernador en el estado de Morelos, lo acompañan ya una larga lista de quejas de supuesta corrupción, el incremento de inseguridad, las deficiencias en el servicio para los morelenses, acusaciones por violencia contra la mujer y una por presunta violación.
La fotografía de hoy es de la presidenta Claudia Sheinbaum durante su conferencia de prensa en el Palacio Nacional, un día después de que las mujeres en el poder le dieron la espalda a todas las mujeres de a calle, de la vida real allá afuera que enfrentan a diario un riesgo por salir a trabajar y volver a sus casas sin ninguna historia de acoso, violencia, abuso o robo.
La presidenta y su osadía de salir con el fondo de su emblema de gobierno: una mujer con rasgos indígenas sosteniendo nuestra Bandera. Ella la describió así el año pasado: “la joven mira con firmeza y esperanza hacia la izquierda, simbolizando la lucha del pueblo por alcanzar la justicia y la libertad….Asume con honor el legado de sus ancestras, por ello, lleva con orgullo vestimenta tradicional. Su cabello volando por el viento, evoca el avance, con paso firme, de nuestra nación hacia un futuro de bienestar y prosperidad”.
Pero a meses de tal referencia, yo diría que representa bien lo que hasta le día de hoy ha ofrecido la presidenta y su gobierno a las mujeres mexicanas: soledad.
Veo a una joven que mira a la “izquierda” sin respuesta, no tiene ningún gesto de fortaleza y orgullo. No tiene emoción, no hay espacio para que hable porque sus labios están pegados los unos a los otros. Alza una bandera, mas no nuestro lábaro patrio porque no vemos el águila ni sus colores, ella puede estar alzando su propia bandera, sus derechos en ella, sus injusticias, sus terribles silencios obligados porque no puede salir a acusar a un hombre que intentó violarla, porque no servirá de nada, la justicia no la escuchará y se quedará allí, sosteniendo su causa: sola.
Qué ironía que hoy eligiera salir con una sonrisa y referirse al tema como una “decisión del Congreso” y que “no estaba enterada bien”.
¿Se imagina usted a un mandatario decir eso a los medios de comunicación? ¿Se imagina la vergüenza y la humillación para un jefe de estado admitir que NO está enterada de lo que sucede en su país como las principales problemáticas? En otros gobiernos de cualquier país, estarían corriendo en un parpadeo al encargado de esa área.
Pero aquí no, aquí no se corre a nadie, aquí no se juzga a nadie…siempre y cuando sea de Morena.
Esta imagen distribuida por la misma Presidencia de México es nuevamente una burla de una presidenta que no puede autoproclamarse como la “primer mujer con la que llegaron todas” al poder, porque por lo menos la hermanastra de Cuauhtémoc Blanco, no llegó y mire que cerca del poder sí estaba.
Mientras tanto las mujeres que hoy se encuentran en una situación de peligro en sus casas por la violencia de sus parejas, de sus familiares, de acosadores en la calle, en sus trabajos, en el transporte público; o las madres buscadoras y las madres de los pequeños de niños con cáncer que batallan por conseguir un medicamento, todas ellas y todas nosotras podemos ir con nuestra bandera personal por las calles, mirando a la izquierda sin recibir respuesta, con el dolor tan grabado en nuestro rostro que no verá ni un solo gesto, porque no hay nada qué expresar.

Foto:. EFE/Presidencia de México/