Por Laura Garza
La mayoría de las veces el político se olvida de expresar su convicción por lo que hace, por cuestión de tiempo, de formalidades, de grilla, de presiones o por falta de autenticidad.
Hacer política puede resultar como un trabajo cotidiano con una alta carga de responsabilidad y con la exigencia propia del puesto y entonces la rutina, los ires y venires agotan.
Por eso es tan importante la convicción, porque la seguridad y el convencimiento de lo que hace se transmite cada vez que propone o defiende a la gente como a la ley.
Así ha sido la candidata a la presidencia Xóchitl Gálvez, una mujer que fue plasmando su forma de ser, de gobernar y de defender. Un personaje espontáneo, preparado, aguerrido y convincente.
Desde el año pasado cuando decidió levantar la mano para ser quien liderara la alianza opositora, Xóchitl ha ido in crescendo su autonomía, su confianza y su emoción por ser la candidata que enfrente a los otros partidos en postularse hacia la presidencia.
El día de hoy llegó por fin la fecha del registro oficial ante el INE como la candidata opositora de la coalición Fuerza y Corazón por México y una de mis fotoperiodistas favoritas, Sashénka Gutiérrez quien trabaja para la agencia EFE, capturó una serie de momentos que definen a Xóchitl Gálvez.
El día de hoy, todos seguimos a través de las redes sociales, a la candidata durante su llegada al INE, mientras se trasladaba en bici, ataviada en un traje sastre color azul y una pashmina rosa con múltiples colores, pero principalmente con su sonrisa que tanto le caracteriza.
Una política que ha sabido mantenerse en la congruencia de su imagen personal, profesional y ahora como candidata a la presidencia de nuestro país.
En su discurso se mantuvo seria y concentrada, apegada a cada línea y cada momento, pero cuando recibió su constancia algo estalló en su interior, que hasta a la presidenta del Instituto Nacional Electoral hizo sonreír.
La serie de tres fotos que publico en este espacio son el ejemplo claro de quien de manera propositiva y convencida, busca liderar un país tan fuerte como el nuestro, rescatarlo y ayudarlo a recuperarse en tantas áreas que han sido olvidadas y abandonadas.
Una mujer que logró romper la seriedad y escrupulosidad de la presidenta del INE, una candidata con la convicción muy clara de trabajar y hacer por su país y por todos.
La presencia de los tres representantes de los partidos políticos en coalición PAN, PRI y PRD hicieron lo suyo respetando el espacio de la candidata sin pelear la atención. ¿Cómo? Respetando y siguiendo el código de vestimenta. Aunque Alito haya decidido no llevar corbata para verse distinto, no logró ni tantito distraernos de la mujer que los unió y hoy los representa.
La uniformidad en los colores de quienes acompañan a la candidata lo hacen de manera correcta, respetando las posiciones y cuidando la atención visual hacia quien tiene que ir.
A diferencia del equipo del régimen autoritario, o mejor dicho, del presidente actual, todos disputan por la atención a utilizar colores variados y códigos de vestimenta casuales e informales, y por ello vemos a Claudia Sheinbaum al centro con su traje anticuado color guindo, pero con la disputa de atención de tres personajes que decidieron ir libremente y con muy poca formalidad.
Xóchitl no solo es la candidata opositora, es que con todo lo que implique ser todo lo contrario, ella lo es.
No hay manera de no darse cuenta de quien despierta y transmite emoción, convicción y compromiso, a comparación de quien no transmite ningún tipo de emoción positiva, y solo una obsesión por destruir a un país como el nuestro.