¿Qué queremos ver?

Por Laura Garza

Los políticos tienen como tarea defender a los ciudadanos, creer y hacer cumplir la ley, pero sobre todo generar espacios de conversación y de alianzas de manera regional, nacional e internacional.

En pleno 2024 es imposible creer que no se pueda hacer política y acuerdos en distintas áreas, de las cuales beneficien a todo un país y a múltiples sectores, los más posibles.

No puede haber un gobierno encerrado en un palacio y cerrado a verse a los ojos con otros gobiernos, y quizá más que eso, a dialogar y pactar acciones que hagan historia y posicionen a nuestro país en un lugar visible al mundo.

La visita de Xóchitl Gálvez a Estados Unidos dio nota, dio de qué hablar, dio para que desde palacio y el cuartel moreno le prestaran suficiente atención para atacarla, pero sobre todo dio la cara por un país que ha dejado de lado la prioridad en resolver el problema migratorio y la producción/consumo del fentanilo.

En plena intercampaña, Xóchitl y su equipo de trabajo planearon bien cómo tener presencia con una perspectiva global. Quienes buscan ser Jefes de Estado deben de contar con la habilidad de abrirse camino, generar conversación e iniciar el camino de buscar futuras alianzas.

Ser presidente de cualquier país lo exige. 

La foto que publicó Xóchitl en su cuenta de X me pareció la más significativa de su visita a Nueva York y Washington. Visualmente es una imagen que te da amplitud, te permite respirar porque no hay ningún tipo de saturación de objetos, personas; ni oscuridad.

El de un costado, el cielo completamente azul y su sonrisa permean en cualquier persona que la ve. No importa de qué partido seas, lo transmite. 

La congruencia de hablar y querer dar el ejemplo, es entender la crisis migratoria e ir y hablar con quienes son parte de ella. La apertura de comenzar a escuchar al socio y vecino para recuperar la relación productiva y sobre todo, para que recuerden que puede haber una presidenta que no de discursos históricos, sino que hable de los problemas actuales y sobre todo que va a defender a los mexicanos allá y acá. 

En cambio, del otro lado, tenemos lo opuesto, lo contrario, lo amargamente oscuro. 

Allí aparece un video, también publicado en su cuenta X, Claudia Sheinbaum dando una especie de clase, sin mayor contenido interesante.

Claudia, quien personifica al presidente para que este continúe en campaña, vuelve a aparecer en su oficina, en un cuarto con luz cálida, y al fondo estantes tan cuadrados como sus ideas.

Su rostro cada vez luce más deteriorado y su voz, pierde ritmo y con ello el interés de seguir escuchando. Claro, solo a sus fanáticos y fieles seguidores. 

Es imposible no comparar a las dos mujeres que buscan la presidencia de nuestro país. Una de ellas ocupará el máximo cargo de poder este mismo año y no darse cuenta, es como no querer ver. 

La cerrazón y la apertura. 

Querer convencer por un voto entre estantes o demostrar que sí se puede tomar un avión para convocar a un encuentro, una charla, tener un recorrido en bici, una entrevista en otro idioma, un posible acuerdo a futuro y volverse tendencia.

La burla y los hechos.

Una foto que te permite respirar y la otra te quita hasta el aliento.

¿Qué queremos ver? 

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