Por Laura Garza
Otis, Acapulco, lodazal, muertos, desaparecidos, saqueos, hambre, desesperación, casas destruidas, coches volteados sobre las calles, barcos hundidos, hoteles destruidos, vidrios rotos, arena, láminas, árboles caídos, gritos y nada.
Hemos estado al tanto de Acapulco, sabemos qué pasa, podemos ver el caos y la desgracia en un estado completo. No solo la playa popular, sino los pequeños pueblitos, los de antes de llegar, los perdidos en el monte, los que no pueden salir porque el camino sigue bloqueado, gracias a los medios de comunicación hemos podido acercarnos ligeramente a la situación de crisis que se está viviendo.
La Guardia Nacional y el Ejército son los que tienen la orden de poner “orden” pero que no pueden siquiera controlar una pequeña zona para que no los llamen rateros en las gasolineras, por solo decir un ejemplo.
El gobierno federal quien tanto alarde hace de cada una de sus acciones para mejorar al pueblo mexicano, hoy está callado, ausente, guardado en sus oficinas y negando gran parte de la realidad del estado de Guerrero.
No tienen margen de maniobra, no tienen idea de los manuales de protocolos, han dejado fuera a los expertos en las áreas que corresponde un evento como este.
El presidente fue, pero no fue. La gobernadora apareció tres días después con unas pestañas postizas y un peinado perfecto para solo leer y quedarse bajo resguardo. La Secretaria de Gobierno apareció acompañando a la gobernadora con unos botines lustrados color negro, impecables. La Secretaria de Seguridad de la misma manera, todas bajo resguardo haciendo que cargan cajas, que van de un lado a otro o que realizan reuniones.
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La única que ha querido, repito “querido” hacer que no está tan arreglada es la secretaria de Gobernación apareciendo sin maquillaje y con su cabello recogido. Es todo.
El presidente apareció el sábado enviando un informe de quejas y victimización, detrás de un escritorio, a 387 km de distancia de la devastación.
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Claudia Sheinbaum aparece en la Ciudad de México cargando de un lado a otro como si no hubieran “diablitos” o una manera más eficaz de cargar un camión con víveres, usando las mismas fotos en distintos días y también enviando mensajes detrás de un escritorio.
El equipo de jóvenes que trabajan con Marcelo Ebrard subió a redes un video cargando cajas que evidentemente estaban vacías.
La misma Secretaria de Seguridad, subió un video que simulaba estar en Acapulco cuando no lo era.
La gobernadora Salgado apareció fuera de su bunker, pero rodeada de su cuadrilla de gente y sus botas aún limpias.
Mario Delgado detrás de su escritorio se queja de Xóchitl y su supuesta politización en su ayuda. El descaro de quien alardea sin descanso, pero se somete cuando no le conviene.
No hay N A D I E del Gobierno Federal levantando escombro, poniendo orden, no hay ni un solo valiente que aparezca con sus tan conocidos chalecos guindos.
Nadie.
Lo único que les alcanzó fue imprimir las cajas con el logotipo del Gobierno de México y los colores de Morena para entregar las despensas que muchos ciudadanos hemos enviado.
Una clara politización desde su trinchera. Una clara frialdad y desinterés hacia una población que se ha quedado sin nada. Gente que se ha dado cuenta que son “peores” que cualquiera otro.
De vergüenza cada personaje de la 4T, inhumanos, frívolos e incapaces de asumir sus verdaderos cargos.