La empatía

Por Laura Garza

Casi 3000 personas fallecidos en Israel y Gaza, otros muchos miles de heridos. La Guerra entre Palestina-Israel nos ha llegado a todos.

Hoy más que nunca las redes sociales y las coberturas de medios de comunicación digitales nos han expuesto a las escenas más dolorosas y nunca antes imaginadas en nuestra existencia. El odio existe y de una manera que ni siqueira podemos lograr entenderla, de este lado del mundo.

Van cinco periodistas muertos, otros desaparecidos y varios heridos, sobre todo palestinos. Los fotoperiodistas y periodistas con experiencia en países en conflicto están allí, y nos están acercando a una de las mayores matanzas del siglo XXI. 

Nadie está obligado a empatizar con las pérdidas de otros, nadie tiene la norma de estar al pendiente de qué pasa con la humanidad, su deterioro y composición, sin duda. Pero cuando lo haces, la balanza de la vida y la cotidianidad cambia, los problemas a resolver diariamente se tornan de distinto peso, sin dejar de serlo, claramente. Te das cuenta que eres tan humano como ellos.

Pero cuando la violencia está cerca de tu casa y tu rutina diaria, deberías de comenzar a ver lo que pasa alrededor y por qué pasa, pero sobre todo el cómo no salir tú dañado.

Eso desde nuestro círculo más pequeño, hasta el más lejano, en este caso Israel y Palestina. Dos países que han vivido en conflicto y que considero de manera personal, querer entender el por qué de su historia no es tan relevante, sino acercarnos a las vidas que están sufriendo, a leer o escuchar en los medios sobre Hamás y el ejército israelí.

Estoy segura que con ello se irá entendiendo un poco el por qué de sus acciones y reacciones. Las atrocidades existen y los terroristas han escalado su brutalidad y salvajismo para matar a quien se les pongan en el camino, incluidos bebés, los más vulnerables del ciclo de vida.

Los videos y las fotografías que se han publicado en medios, lo que se alcanza uno a acercar a través de las redes sociales, en especial como Instagram te comprime el pecho y las lágrimas terminan brotando.

Conforme pasan los días, los ataques aumentan y el desahucio es mayor las escenas van tornándose más dolorosas e inaguantables. Si días antes los cuerpos sin vida yacían en el concreto, en la tierra, o cubiertos de escombros. Hoy muchos de los videos son de familiares que van a refugios a buscar a sus desaparecidos, y no acuden solo preguntando su nombre, no hay quien lleve una lista y un sistema de búsqueda que no les evite ir abriendo cada bolsa blanca tirada en el piso, para ver los rostros e identificar si es suyo o no lo es.

Las expresiones son desgarradoras. Madres que abren la bolsa y descubren a su pequeño, que exigen que lo saquen de allí y lo pongan en sus brazos.

Imágenes : @wissamgaza y fotografía @samarabuelouf

En otro video, un hombre llorando desconsoladamente mientras besa el brazo que sale entre los escombros. No se alcanza a ver más, el cuerpo está allí aplastado entre dos piezas de concreto, su brazo de fuera.

Imágenes : @wissamgaza

Los funerales que comienzan a ser visibles, sobre todo los de los bebés. Pequeños cuerpos vestidos de blanco, cargados ye levados al cielo por los brazos de sus familiares. Bebés que no supieron por qué, pero alguien les quitó la vida.

Tantas nacionalidades en la zona, extranjeros que hacían vida en Israel. Los jóvenes en el Festival de música Niva, nuestro equipo de Gimnasia, y tantos mexicanos allá.

Eso nos hace estar más cerca del conflicto, mexicanos estuvieron en el filo de quedarse varados en una zona de guerra y hoy ya están en su país. Otros más siguen allá esperando ser extraídos por el gobierno mexicano.

Mientras tanto aún permanecen desaparecidos dos mexicanos después de los ataques del sábado.

La empatía es estar al tanto de lo que sucede a mi alrededor, de querer entender al otro, de dejar de sonreír si es necesario porque el dolor de madres que han visto morir a sus hijos, de padres que han visto desaparecer a sus familias y sus hogares, de quienes fueron asesinados a quemarropa en sus coches, en la calle o durmiendo en sus camas, por los bebés decapitados, por saber que hay un odio insuperable y que gracias a Dios o al universo, no están allí.

La empatía es ser agradecido y es saber que mi atención e interés está en los demás, y no solo en mi. 

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