Por Laura Garza
Las elecciones en Estados Unidos están por llegar a su fin, Donald Trump y Kamala Harris han tenido los reflectores durante estos meses de campaña y cerrarán estos cinco días con un ajetreo inigualable.
Dos candidatos totalmente opuestos, en propuestas, en estilos de campaña, en mensajes a distintos grupos sociales, pero con el mismo objetivo: la Casa Blanca.
Se dice que al cierre de campaña ambos muestran un empate técnico en las encuestas, por lo que todo dependerá de los siete estados clave: Pensilvania, Georgia, Carolina del Norte, Michigan, Arizona, Wisconsin y Nevada.
Esos siete estados terminarán por desempatar, en el caso de que suceda como lo predicen las encuestas, a la primera mujer que llegue a la Casa Blanca o a volver, en el caso de Donald Trump a la presidencia.
En materia de imagen, los dos candidatos han tenido una cobertura completa y con un grupo de fotoperiodistas que nos han dado una visión global alrededor de sus eventos, de la cercanía con la gente, en pequeños momentos de soledad, en actos reaccionarios y por supuesto en el supuesto atentado en contra del republicano.
La imagen que hoy elijo es un retrato sumamente espontáneo que refleja la apertura que ha tenido la candidata demócrata con los medios. Uno puede verlo desde las cuentas personales de los fotógrafos, el nivel de cercanía permitido y sobre todo la libertad para elegir encuadres y capturar distintos momentos.
El uso del espejo como elemento, me recordó a Pete Souza, a quien conocemos por su magnífico trabajo con Barack Obama y quien aprovechaba cada lugar en donde se encontraba uno en las paredes para hacer retratos más íntimos del ex presidente de Estados Unidos.
En la foto vemos alrededor de 8 o 9 fotógrafos pegaditos a Kamala, en una especie como de camerino en Philadelphia. ¿Cuánto tiempo habrá sido? Estoy segura de que menos de un minuto en el que alguno vio la oportunidad y los demás hicieron lo mismo,
Fotografiar a la vicepresidenta de Estados Unidos, sea o no tu país, es un reto, hay que seguir una lista de cuidados que aprendes a darlos por hecho y los que te dictan las mismas reglas de protocolo.
No es fácil, y tampoco es común que los equipos de trabajo te den esa facilidad para acercarte e intimar con ella; y ahora como candidata a la presidencia se suman más factores: el tiempo, la competencia, los espacios reducidos, la prontitud para enviar a las agencias, la convivencia con el resto de los fotoperiodistas y sobre todo, encontrar la tranquilidad y darle vuelo a la técnica y creatividad con un personaje de buena imagen.
Todo esto que les cuento lo pueden ver en los rostros de los fotógrafos en el espejo, quien la mira con el tiempo de encontrar qué más fotografiarla, le sonríe, se siente en confianza. Los demás que miran su visor mientras componen lo que van a tomar, quizá haya quienes cerraron el lente y captaron solo a ella, o se pudieron hacer su propia selfie o como Evelyn Hockstein que hizo la foto en general.
Es ver el todo con la precisión de tener lo más importante: Kamala Harris, la candidata y la vicepresidenta.
Hay grandes fotografías durante la campaña que estaré publicando en mis redes sociales y que vale la pena verlas, porque es un disfrute visual. A diferencia del candidato republicano que su presencia siempre remitía a rostros de emociones negativas, y quizá hasta esta última parte, actos propios de su equipo que lo llevaron a ser fotografiado de manera distinta, como arriba del camión de basura o atendiendo en una ventanilla de McDonalds.
Todo es política, todo es imagen y el próximo martes sabremos quién lo hizo mejor.
Por lo pronto, con esta imagen tenemos los ojos bien puestos en lo que hace Kamala Harris frente a Donald Trump.
**Evelyn Hockstein es fotoperiodista Senior en la agencia Reuters. Ex presidenta del grupo de Mujeres Fotoperiodistas en Washington y ganadora del Pullitzet y World Press Photo.
Columna publicada Diario La Razón