Por Laura Garza
Javier Milei uno de los tantos personajes extravagantes y provocadores que da la Argentina en materia política tuvo su cierre de campaña como precandidato presidencial en el estadio Movistar Arena.
Un diputado que se ha convertido en un show y un hombre de ultraderecha radical que ha generado revuelo por sus barbaridades o sus excentricidades en propuestas como la dolarización del peso argentino, la compra de órganos y la libre portación de armas.
Durante su campaña hacía escándalo cantando, y transmitiendo mucho su aspiración a ser más un “rockstar” que un presidente.
Su bravuconería para insultar a los peronistas y la derecha opositora también ha sumado afines, por más egocéntrico y escandaloso que es.
No hay que conocer mucho más a fondo del personaje, porque con el material que hoy les presento hecho por el fotoperiodista Juani Ignacio Roncoroni puede usted y yo recrear la personalidad de este hombre.

Lo que me hace comparar a los “pre candidatos” más repetidos y carentes de un estilo apantallante, como lo son las tres corcholatas que vagan por el país gastando recursos y jugando a hacer campaña.
Por más que se juzgue y que no se esté de acuerdo con las formas y el fondo de un personaje como Milei, lo que hace es un gran trabajo de lo que conforma la imagen política: el lenguaje no verbal y sus mensajes.
El hombre se apropia de los escenarios, grita y lo hace en serio, su cabellera tan sofisticada suda y le saca provecho. Sus propuestas provocadoras alientan a los seguidores como si fueran una barra de fútbol que corean cánticos similares a estar en un estadio.
Basta verlo cómo marca sus reacciones en el rostro, abre las manos, se entrega a la gente abriendo las palmas, sufre y goza en el mismo escenario.



Fotos: Juani Ignacio Roncorini
Pareciera tener el coraje y la voz que no todos tienen, aunque ojalá fuera con propuestas razonables que llevaran a Argentina a recuperarse de tantas crisis económicas y sanar la corrupción.
Pero la intención que le inyectó en cada mítin, lo hizo al menos reunir a más de 100mil personas en su cierre de campaña. Basta verlo casi con movimientos y con sus patillas al estilo Elvis Prestley.
Los políticos deben de tener el balance, pero la justa intención de que su mensaje traspase su cuerpo y lo comunique de pies a cabeza.
La emoción es el factor clave en toda campaña, y no es nada nuevo ni ningún descubrimiento, es solo que se les ha olvidado porque creen poder burlarse de la ciudadanía con un guion populista que solo ensalza a un solo hombre y a ellos los dejan como viles marionetas.
Un poquito de emoción y buenos fotógrafos, que como Juani Ignacio sepan capturar el mensaje en el cuerpo de los candidatos, porque conocen y entienden que ESA es LA foto.
Ojalá.

Instagram @juanironcorini22