El sueño ya tiene fin

Por Laura Garza

Llegó el día en que Donald Trump volvió a ser el Presidente de Estados Unidos y peor aún, más pronto de lo que muchos pensaban, con sus medidas para reducir la migración fueron escuchadas a nivel mundial.

Un hombre con la determinación suficiente para incendiar un país entero. El día de ayer apenas tuvo la palabra después de su Juramento, México fue su primer objetivo por lo que declaró Emergencia Nacional en la frontera con nuestro país.

Apenas dio inicio la ceremonia cuando se apagó o bloqueó por completo la aplicación CBP One, la aplicación en donde migrantes podían solicitar una cita para  entrar legalmente a Estados Unidos.

Joe Biden y su gobierno habían programado alrededor de 30mil citas para las próximas tres semanas. Ahora imagine 30mil rostros de desesperación, locura, enojo, angustia y decepción.

Su largo camino hasta llegar a la frontera, los meses en espera viviendo en albergues, el sueño de una vida mejor, la emoción por ver cerca la fecha de su cita en su aplicación, ha terminado.

Según distintos medios, se calcula que hay alrededor de 270mil migrantes en México y que no podrán avanzar más y si lo hacen, será arriesgando su vida o que los deporten hasta sus países.

Por eso hoy les comparto estas dos imágenes. 

Foto: Melina Mara/Pool via REUTERS

La primera del presidente Trump en la Oficina Oval firmando sus órdenes ejecutivas en materia de migración. La facilidad y rapidez para firmar una orden de cerrar fronteras, de no dar una sola oportunidad a hombres y mujeres que buscan mejores trabajos para tener mejores vidas que en sus países.

El poder de quien no espera, no quiere escuchar y no permitirá que su país tenga más ciudadanos no estadounidenses de origen.

La piel pintada con aerosol de color naranja, mientras que las manos blancas entregan esa carpeta que por simple que parezca es tan poderosa como para aniquilar vidas.

En la segunda foto, el dolor y la desesperación. Ella es Margelis Tinoco de Colombia, quien esperaba su cita ya agendada que hoy mismo fue cancelada desde la frontera de Ciudad Juárez con El Paso Texas.

Foto: Jose Luis Gonzalez /REUTERS

Mire la foto de Margelis, ahora multiplíquela por más de 270 mil hombres, mujeres y niños que se quedarán en el camino o que verán cómo quedarse en México hasta volverlo a intentar.

Ni 24 horas en el poder y Donald Trump ha puesto su puño en alto para marcar una “Época dorada” en Estados Unidos y en ella incluye la deportación primero de migrantes que han cometido algún tipo de delito y después irá con redadas en Chicago y Nueva York, principalmente para quienes no tengan papeles y aquí vendrán miles de familias que terminarán rotas.

El rostro de la colombiana quedará en la memoria, porque los miles de kilómetros caminados y las noches de dormir en el piso siguiendo los pasos para concretar una cita, se han venido abajo.

Su piel quemada por el sol, una de las tantas marcas de su vida, del trabajo en calle, del largo camino desde su casa hasta Ciudad Juarez. Ha cruzado todo el país, sobrevivió a la delincuencia, a los secuestros, a la propia muerte y allí a orillas del Río Bravo llora sin descanso.

El sueño americano es y seguirá siendo uno de los más deseados por quienes son perseguidos por el crimen organizado en su país, por quienes no tienen manera de salir adelante en sus países, por quienes creen que pueden hacer una vida en un país que los aborrecerá y los perseguirá como si fueran delincuentes hasta expulsarlos.

Porque esa es la retórica de un presidente nacionalista y cruel como Trump y lamentablemente, la necesidad es más fuerte, que lo seguirán intentando sin importar su final.

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