Ojalá, ministra Norma Piña

Por Laura Garza

Comenzar cualquier tipo de texto con un “Ojalá” suena desesperanzador o quizá hasta dudoso por parte de quien escribe, pero este espacio que surge a partir de una imagen, me llena de alientos hacia usted.

Ante tanta apología para el presidente, usted decidió hacer frente a su papel como ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación quedándose sentada en el Teatro de la República en Querétaro hace poco más de un año en el aniversario de la Constitución.

Usted vestida de blanco, siendo casi la más pequeñita físicamente del recinto, decidió hacerse grande al vestirse de blanco y aparecer en primera fila con el valor y la fuerza del poder que representa.

Sabía a lo que se enfrentaría pero estoy segura que no a tal magnitud, que su firmeza despertaría el temor más mínimo de quien ostenta un respeto a las leyes y a México. 

Veo sus videos y sus fotos y su imagen coincide de inicio a fin. 

Su determinación es clara y molesta para quienes se esconden entre plagios, entre mentiras e intereses personales que humillan sus propios compromisos de hacer valer la ley y la justicia desde sus posiciones.

Usted lo dijo en su discurso de aquél 7 de febrero del 2023 “les invito a que trabajemos, hombro con hombro, por el bien de nuestro país, para dar ejemplo de que, en la unidad nacional, somos dignos herederos de nuestra historia.”

Pero dio con el clavo, la unidad nacional fue rota desde el Palacio así como en el interior de la Suprema Corte de Justicia avalando la incapacidad y la mezquindad de quien busca más adeptos mudos y ciegos. 

En su más reciente video y la escena congelada de su postura sólida, su cuerpo en señal de resistencia, sus hombros al mismo nivel sin buscar apoyo de un lado o del otro, su mirada incisiva y su imagen meticulosa.

Siempre he creído que las mujeres que tienen roles tan importantes y poderosos en las leyes de un país portan collares como señal de compromiso en su día a día. Sostienen el poder que tienen sus voces en las decisiones y en las argumentaciones necesarias para defender las leyes y los derechos.

Le ha costado un sinfín de enemigos, que incluso dentro de su círculo cercano la han señalado como la culpable de encender el ánimo del presidente para echar a andar la Reforma Judicial y eliminar  los más de 1600 ministros y jueces.

“Una judicatura independiente es pilar de nuestra democracia. Es el legado que nos transmite nuestra ley fundamental…. Sólo el conocimiento y la convicción en nuestros valores procuran la libertad y la igualdad.” 

También lo incluyó en aquél discurso. 

Ojalá esa convicción sea igual para todas y todos los que ocupan esos asientos especiales y en primera fila de uno de nuestros máximos poderes. Que los valores hicieran a todos inflexibles, y acataran sus roles con la verdad.

Ojalá se mantenga como una barrera ante la imposición de la mentira, la vulgaridad y la corrupción.

Ojalá pueda lograr la unión de las piezas más importantes en el interior.

Ojalá pueda crear el diálogo y la aceptación a las diferencias.

Ojalá les recuerde la justicia que tantos mexicanos buscan, esperan y ansían.

Ojalá no renuncie Ministra Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Norma Piña porque necesitamos más mujeres como usted.

Ojalá que muchas y muchos tuvieran su firmeza y su compromiso con México.

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